Tras casi un año sin pasar por aquí, un periodo de mucho cambio y transformación, retomo este blog desde un nuevo lugar que habito. Un espacio de reconexión en el que habitarme, vivirme y vencer mis miedos se convierten en el timón que me guí

Y hablo de reconexión porque es lo que siento que hago desde hace meses. Volver a mí. Escuchar mi voz interior. Respetarme. Aprender a cuidarme desde un lugar más flexible, más puro, más real.

¿Qué es reconexión para ti?
Últimamente pienso mucho sobre ello. Porque además es el nombre del Retiro que vamos a hacer en dos semanas. Puedes ver aquí toda la información.

Reconexión para mí es enraizar, conectar con la dirección, con mi guía, con mi estructura y mi seguridad. Pero una seguridad no en lo mental sino en lo corporal. Creer en mí. Confiar en mí. Repetir una y mil veces hasta integrarlo: «yo sí me creo».

La vida es cambio, salimos y entramos, movemos, sentimos, a veces luchamos y otras sanamos.

Mientras estamos en lucha queremos huir, hay incomodidad y oscuridad. Quizá pensamos que vamos a quedarnos ahí, que no hay salida. Nos resistimos. ¡Cuanto nos resistimos!

Y todo pasa. Lo bueno y también lo malo. Y cuando nos permitimos sentir, SANAMOS en mayúsculas. Mientras, caemos, flotamos, soltamos y saltamos. A veces hacia un abismo en el que la incertidumbre y a la vez la confianza nos guía. Sin saber, caminamos. Y también elegimos. Elegimos el camino que necesitamos transitar, que nuestra alma necesita para expandirse o para quedarse como está, porque eso también es una elección. El no cambio. Todo es respetable, todo está bien.

La brújula
Tenemos una voz dentro que a veces calla. Quizá durante mucho tiempo. Y un día habla, grita, se desgarra. Se rompe, se atormenta y cree que enloquece.

¡Todo lo que la brújula tiene que decir! ¡Qué incomodidad genera pero cuán necesaria es!

La vida es cambio. Y la reconexión es necesaria cada vez que sentimos que no hay raíz, ni estructura ni entendimiento ni sentido.

Y este es mi nuevo proyecto que está en fase de creación. Después de pasar por lugares de gran oscuridad y de gran luz. Tras escuchar mi brújula y mi voz interior y confiar, confiar en ella. Confiar en el mensaje de mi alma, en el desgarro que puedo llegar a sentir cuando no genero lealtad a mi cuerpo.

Te leo, porque estoy segura de que me entiendes y que has habitado estos lugares….

Agradecida porque hayas llegado hasta aquí leyendo. Te abrazo.

Sumati